miércoles, 7 de octubre de 2009

XVII


Ha empezado a llover y hoy estoy sola. Mi peque está trabajando y lleva desde el lunes por la tarde fuera. Pero vuelve hoy y estoy contenta, la verdad, pensé que non iba a volver hasta el viernes y eso de estar cuatro días sola es un horror, sobre todo por las noches. Un ejemplo, al no tenerle a mi lado en la cama retraso lo máximo posible el ir a dormir, ya que, a pesar de que cuando duermo, duermo bien, me resulta complicado ir a dormir sin sueño.

Cuando está mi peque pone el brazo bajo mi cabeza y yo me pongo lateral o boca abajo agarrada a su torso o a su brazo derecho. Pongo el culo cerca de su pierna para que me lo caliente y la espalda bien pegada, ya que si me coge el frío en la espalda, siempre me duele un montón. Luego le doy besitos en la piel que tengo debajo de la cabeza.

La ternura invade mi pecho y a veces la lujuria. Mi pobre peque a veces se asusta porque le doy un bocado, no es por mal, es que a veces me gustaría comérmelo a mordiscos.

Me gusta mucho dormir con mi peque.

miércoles, 6 de mayo de 2009

XVI


Al fin sol, al fin luz radiante que me despierta cada mañana...



Si no fuese porque duermo mal...



Antes era mujer de verano, de ese calor que tocaba mi piel y cambiaba mi color invernal por un color dorado. Pero ahora me gusta la primavera y el otoño, esa primavera cálida que hace despertar a los animales, a las plantas, a mí. El otoño me gusta porque tiene un algo de modorra, con sus colores vivos, rojos, marrones, verde intenso...



Pero hoy hablaré de la primavera.



Me gusta ver brotar los capullos incipientes y ansiosos, me gusta escuchar el trino alegre de los pájaros, me gusta ver cómo los días se alargan y como las plantas estrenan verdor.



Me gusta sentir los primeros rayos calientes del año, como las nubes blancas se van disipando y como la hierba parece brillar fosforita a mi alrededor.



También me gusta ver como la gente se desprende de ropa de más, como cubren sus cuerpos con livianas camisetas y pantalones cortos, como los cabellos reflejan el sol y cada persona de un color diferente. Me gusta ver los niños y niñas gozando del buen tiempo y como las personas mayores salen a pasear al fin y de como a todos y a todas aparecen a mis ojos con cuerpos y rostros mejor definidos, más claros.



Bueno, seguro que he olvidado de muchas buenas de la primavera, si eso ya me lo comentais :)

martes, 17 de marzo de 2009

XV


El tiempo pasa rápido, ¿no lo creéis así?

Últimamente me he sentido cansada, sin ánimo, quizás sea el comienzo de la primavera que siempre me afecta de un modo un tanto melancólico... muy al contrario de gente que conozco.

Ayer estuve con ganas de llorar durante varias horas y estaba muy desanimada en mis clases de tarde...

No creo que a todo el mundo le afecte del mismo modo, pero la presencia del verano me desespera, la verdad, esa especie de fin de año de vientos que huelen a calor y a hierba seca, un fin de año sin cenas familiares ni regalos, pero que a veces siento más fin de año que nunca...

Hay gente que le gusta porque son sus vacaciones, yo llevo sin verdaderas vacaciones desde hace casi 10 años, como comprenderéis, ante el temor de estar un año más sin ellas, no hace muy esperada esa época de sol y playa o río y montaña, ni siquiera voy a tener dinero para viajar y estaré pendiente de buscarme un trabajo. Además, no puedo tomar demasiado el sol, que tengo alergia, me salen ronchas y un prurito insoportable...

Dios, maldita melancolía!

viernes, 20 de febrero de 2009

XIV


La vida cuanto menos es peculiar, ahora que he alcanzado cierto equilibrio con mi peque, que todavía le faltan cosas por traer al piso... y yo tengo que hacerle sitio... van mis padres (después de 32 años juntos) se plantean el divorcio... bueno, mi madre.

Que si no aguanto a tu padre, que quiero al hombre con el que me casé.

Que si tu madre es una rencorosa y me está tirando todo a la cara.

Y yo, con mis años, aconsejándoles un especialista en cuestiones personales y matrimoniales.

La falta de comunicación es el problema.

Llevan años hablándose a gritos (mi madre) o con silencios (mi padre).
Ella se ha amargado al toparse siempre con una pared.

Él se ha encerrado en sí mismo, ha creado a su alrededor una burbuja que empieza a ser opaca y, o eso creo, falta de aire en su interior. Pero como no abre la puerta para ventilar...

Se han perdido el respeto mutuo, no se acarician sin más desde hace mucho, ambos no asumen que no son maduros... ¿quién lo es?

A ver si hay suerte y una persona neutral les ayuda, en mi caso tengo que evitar que arramplen conmigo y no me dejen vivir mi vida... que las madres y los padres son muy acaparadores... tanto... que a veces dan miedo.

jueves, 5 de febrero de 2009

XIII



El sexo sin amor es una acto vacío. Pero dentro de los actos vacíos, es uno de los mejores.”
Woody Allen

Hace casi dos años que mi peque y yo comenzamos una relación llena de actos vacíos que fuimos llenando con el tiempo.
Por el mes de septiembre del 2007 el vacío no estaba tan vacío y nos dimos cuenta de que, poco a poco, lo habíamos llenado de palabras, caricias, besos, miradas y sentimientos más profundos que un
te quiero.
Al cabo de un año mi peque tuvo que cambiar de domicilio y comenzó a vivir sin compañer@s.
Todo el mundo nos decía... y ¿por qué no compartís piso?... bueno... todo el mundo no, que a mi madre y a mi padre (clasicones de pro) no les hacía mucha gracia esa posibilidad.
Su piso parecía estupendo: dos habitaciones (dormitorio y estudio), una sala (con un mísero sofá y una mesa redonda de mármol y pequeña), una cocina (con miniarmarios), un cuarto de baño (con mampara) y un hueco de ascensor de almacén.
Perfecto!
Bueno... o eso creíamos. Hasta que empezó a llover a mares e hizo un frío que cortaba el aliento: el cuarto de baño no secaba nunca, el casero ha venido con un par de facturazas de gasoil que duelen como si te pisase un pié una apisonadora (90 eurazos por 25 días de calefacción, 3 ó 4 horas cada día!!), gotas de condensación en el techo (y no solo en el cuarto de baño), vaho al respirar y además todo comienza a tener moho.
Imperfecto!
Así que... y después de mucho hablar, hemos decidido aunar nuestros pisos en uno, el mío, que tiene 3 habitaciones y está muy bien de precio... el problema es ordenar y dejar hueco a sus cosas... pero no creo que haya demasiado problema... en mi cama, mi peque, no tiene un hueco... tiene la mitad de mis mantas, sábanas, almohada... y otras mitades de las que prefiero no hablar en público.
Nos hemos lanzado a la aventura...
No voy a negar que algo de miedo tengo pero... no me arrepiento de haber tomado esta decisión.
Antes no me consideraba preparada (mi peque tampoco lo estaba) pero hemos hablado mucho del tema y... teniendo en cuenta que estábamos o en su piso o en el mío (y pocas veces por independiente...) creo que hemos tomado la decisión adecuada.

jueves, 29 de enero de 2009

XII

Últimamente pienso en lo que ha sido mi vida pasada y lo que es mi vida ahora mismo.
A veces siento que mi realidad está cogida por los pelos o por alfileres que todavía resisten, aunque no sé hasta cuando.
En pocos años mi forma de ver las cosas ha cambiado, mi forma de afrontarlas también.

Es curioso ver cómo la gente que me ha rodeado durante mucho tiempo no sabe cómo voy a reaccionar y les sorprendo, les aturullo, les descoloco.
Considero que solo dos personas han sabido lo que me pasaba en cada instante y esas personas son mis parejas. Mas la primera se sorprendería de lo que he cambiado, de que quizás no me conocía tan bien como pensaba o como yo misma creía.
Mi actual pareja, mi peque, no sé si me conoce tanto como creo, pero me ha sorprendido en más de una ocasión diciéndome en lo que pienso sin que yo le haya dado pista alguna... frecuencias alfa, me dice...

No sé si os ha pasado que con una persona (puede ser amistad, no solo pareja), empezais a tararear una canción casi a la par o ambas os sorprendeis de que la otra persona esté cantando la canción que lleva un rato sonando en su mente.
Esto nos ocurre a mi peque y a mí.
Ojalá nos dure.


jueves, 22 de enero de 2009

XI

Es obvio que nuestra visión de los hechos es subjetiva, ya que no tenemos más ojos que los nuestros, ni más experiencias que las que guardamos en la memoria.
A medida que he ido creciendo me he dado cuenta de lo diferente que me siento con respecto a la gente que me rodea. He de suponer que esto es generalizado, que todo el mundo es diferente entre sí o al menos así lo sienten; pero, curiosamente, muchas personas que me han rodeado han considerado que yo pensaba una cosa u otra según no sé qué rasero (un rasero más habitual de lo que creía).
Voy a explicarlo de la siguiente manera. ¿Recordáis a la amistad de mi peque de la que os he hablado con anterioridad? Ella creía que a mí me caía mal, ni idea de dónde sacó tal cosa. Otro ejemplo; hace un par de años estaba conviviendo con una "amiga" que conocía desde hace más de 10 años. Hacíamos la compra por separado, pero algunos productos coincidían y estaban colocados en los mismos lugares. Para no coger los suyos (no me parecería justo) decidí ponerles la primera letra de mi nombre en alguna parte del envoltorio. Ni siquiera fui consciente de la doble lectura que esto supondría. Ella decidió hacer lo mismo con sus cosas.
De tonta o ingenua que soy, no me dí cuenta de que pensó que ponía las letras para que ella no cogiese mis cosas, cuando esa posibilidad ni siquiera se me había pasado por la cabeza.
Puede que alguien no me crea tan tonta, pero para esas cosas lo soy, de verdad. No digo que no pueda pensar mal, pero me cuesta creer que las personas hagan todo a mala fe.
Otro ejemplo: hace un par de años trabajaba en este tipo de trabajos basura, al menos daba para mantenerme, cual no sería mi sorpresa que una de mis compañeras llevaba, desde que había empezado a trabajar allí, poniéndome de vuelta y media... y yo pensando que solo era una mujer seria a la que no le costaba reír... y un poco marimandona.
Llamadme estúpida, ingenua... lo que queráis... hasta rarita de las narices... pero soy así, prefiero no estar constantemente con la mosca detrás de la oreja, pensando qué cosas negativas o malas pueden pensar las y los que me rodean.
Vuelvo a decir que no soy una santa, pero debe de ser estresante ver en las y los demás, personas de las que no te puedes fiar... y a veces creo que la mayoría de la gente es así, suspicaz, desconfiada. Lo curioso es que estas mismas personas son las que terminan siendo tan desequilibradas que no puedes fiarte de ellas.

miércoles, 14 de enero de 2009

X

Últimamente pienso en la gente que me ha dejado atrás, es decir, en la gente que me ha dado la patada por un motivo u otro. Supongo que no soy la única ni la más defraudada, pero todavía sueño con esas personas y me sigo preguntando en qué les he fallado, qué he hecho para que se porten así conmigo.
Casi todas son mujeres y, al menos de forma consciente, no recuerdo haberles causado tanto mal como para que dejen de saludarme por la calle, para que no me respondan a los sms o para que me dejen en una cafetería llena de gente, ya que así no le puedo montar un escándalo, como si yo fuese quién de hacer semejante cosa.
Me sorprende lo poco que me conocen algunas personas, incluso algunas con las que he convivido, personas que he conocido durante uno o dos lustros.
Estoy defraudada, sorprendida de la incoherencia de la gente, es comprensible cambiar de opinión, pero no ser incoherente.
Mas ahora no voy a hablar de cada una de ellas, lo haré más adelante... quizás.


viernes, 9 de enero de 2009

IX

Hemos empezado un nuevo año y ya estoy estresada. Entre la preparación al nuevo cuatrimestre, el profesor que no me hace ni puto caso, la profesora que no da señales de vida y yo que no me entero... no, si... mi madre dice que soy un desastriño y no le falta razón.
Como odio este sistema universitario de los cuatrimestres. Ni en vacaciones puede descansar una... es un asco.
Pero no es de la mierda de la universidad de lo que quiero hablar, eso ya lo haré otro día que esté más cabreada o más centrada en ese tema. De lo que quiero hablar es de la gente que sin conocerte te juzga, de la que ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, de la que no ve más allá de su propia nariz y parece creer que el mundo gira alrededor de su ombligo.
Por desgracia no conozco a una persona así, conozco a varias.
Vale, vale, todas y todos pecamos un tanto de egocéntric@s y egoístas, lógico es, ya que si no miramos nosotras por nosotras mismas... ya me diréis (y lo digo en femenino porque somos un 51% de la población mundial, y porque puedo), pero voy a contarlo desde el principio, para que entendáis mi cabreo:
Hace casi dos años, mi peque y yo comenzamos a tontear y hace más de un año que decidimos ir en serio. Hasta aquí todo bien. Bueno, pues tiene una amiga con la que estaba constantemente y con la que dejó de estar constantemente para estar más conmigo y afianzar nuestra relación, además de que la pareja de ella había regresado de no sé que trabajo en Madrid, después de tres años. Bien? ... Bien...
Al cabo de un tiempo al fin la conocí, me cayó bien, aunque tuvo un par de detalles que no me entusiasmaron, pues así de raro era su sentido del humor... muy bien.
Una tarde mi peque y ella quedaron para tomar algo y aseguró que a mí me caía mal (vaya, no sabía que podía leer la mente), cosa que no era verdad.
Mi peque le aseguraba que eso no era así, y ella aseverando que sí y que era recíproco. Sin comerlo ni beberlo le caía fatal a la mejor amiga de mi peque.
Un día le hice un favor, sin esperar nada, la verdad, lo hice más por mi peque que por ella. Me lo agradeció, empezamos a quedar otra vez, hasta fuimos a cenar (no solas, sino en grupo) y me ayudó a preparar el cumpleaños de mi peque (solas, no en grupo).
Cual no sería mi sorpresa que días después le dice a mi peque, en otro café, que no... que soy una chica muy maja, pero que no, que en el tú a tú bien, pero en un grupo grande no.
Mi explicación: me pongo muy nerviosa cuando hay gente que conozco poco, llamo demasiado la atención y hablo demasiado, además que peco de anfitriona (sobre todo si es mi casa, cosa que había pasado en el cumpleaños de mi peque, ya que se celebró en mi puñetero piso)
Claro, ella olvida que tuvo un par de contestaciones bordes con otra invitada que no se quedó atrás, olvida que estuvo distante con todo el mundo, olvida que es imposible hacerle feliz con la comida porque siempre está a dieta (como si lo necesitase), olvida que a ella también le gusta llamar la atención, etc, etc, etc.
Mi explicación de su actitud conmigo... celos.
Si no lo soltaba por algún lado reventaba... pero que sepáis que dudo mucho que esto termine aquí, ya que tenemos conocidos y conocidas en común y me gustaría ver cómo les explica que yo no voy porque ella no se encuentra cómoda conmigo delante (eso sí, cuando me ve, hasta sonríe... si alguien la entiende que me lo explique)