lunes, 5 de abril de 2010

XVIII


Ya llevo en este piso casi dos años y no lo quiero dejar, pero las circunstancias obligan. La realidad es que he estado muy a gusto en este lugar acogedor y abuhardillado donde hemos metido, mi peque y yo, mucho equipaje de vida.

Me vine a este piso casi huyendo de una compañera de piso que me estaba haciendo la vida imposible, una compañera de piso que había sido mi amiga (o eso creía yo). Con el tiempo me he dado cuenta de que ni me conoce, ni sabe cómo soy, ni le importa. Se hizo en su loca cabeza una idea y olvídate de la realidad.

Un dato para que nos entendamos... con nosotras vino a vivir su hermana y estaban felicísimas las dos y conmigo a disgusto (ella, no la hermana). Me voy, se van a vivir juntas, y ahora cada una vive en un sitio distinto... a eso le llamo que cuando ha desaparecido alguien a la que culpar de todo, aparecen los conflictos.

Es una maltratadora psicológica, pero desde fuera casi todo el mundo la considera la víctima... y es desesperante. Pero a todo se hace una y si les gusta elegir bando, que lo hagan. Para tener amistades así... es mejor no tenerlas.

Bueno, habría mucho que contar... y hoy no tengo ganas.

Ahora mismo estoy pensando en cómo descubrí este piso... por casualidad... y como me vine a él yo sola. Bueno, sola lo pagaba, pero sola he estado poco :)

Mi Peque vino al cabo de casi un año a vivir conmigo de forma oficial... y se trajo consigo todo lo suyo... desde entonces "non nos remexemos" (es decir, no cabemos) Así que, a pesar de que el presupuesto no es tan elevado como nos gustaría, hemos decidido mudarnos de piso.

Uno grande, con mucha luz donde poder trabajar y estar bien :)

Pronto trabajo... crucemos los dedos...