viernes, 20 de febrero de 2009

XIV


La vida cuanto menos es peculiar, ahora que he alcanzado cierto equilibrio con mi peque, que todavía le faltan cosas por traer al piso... y yo tengo que hacerle sitio... van mis padres (después de 32 años juntos) se plantean el divorcio... bueno, mi madre.

Que si no aguanto a tu padre, que quiero al hombre con el que me casé.

Que si tu madre es una rencorosa y me está tirando todo a la cara.

Y yo, con mis años, aconsejándoles un especialista en cuestiones personales y matrimoniales.

La falta de comunicación es el problema.

Llevan años hablándose a gritos (mi madre) o con silencios (mi padre).
Ella se ha amargado al toparse siempre con una pared.

Él se ha encerrado en sí mismo, ha creado a su alrededor una burbuja que empieza a ser opaca y, o eso creo, falta de aire en su interior. Pero como no abre la puerta para ventilar...

Se han perdido el respeto mutuo, no se acarician sin más desde hace mucho, ambos no asumen que no son maduros... ¿quién lo es?

A ver si hay suerte y una persona neutral les ayuda, en mi caso tengo que evitar que arramplen conmigo y no me dejen vivir mi vida... que las madres y los padres son muy acaparadores... tanto... que a veces dan miedo.

jueves, 5 de febrero de 2009

XIII



El sexo sin amor es una acto vacío. Pero dentro de los actos vacíos, es uno de los mejores.”
Woody Allen

Hace casi dos años que mi peque y yo comenzamos una relación llena de actos vacíos que fuimos llenando con el tiempo.
Por el mes de septiembre del 2007 el vacío no estaba tan vacío y nos dimos cuenta de que, poco a poco, lo habíamos llenado de palabras, caricias, besos, miradas y sentimientos más profundos que un
te quiero.
Al cabo de un año mi peque tuvo que cambiar de domicilio y comenzó a vivir sin compañer@s.
Todo el mundo nos decía... y ¿por qué no compartís piso?... bueno... todo el mundo no, que a mi madre y a mi padre (clasicones de pro) no les hacía mucha gracia esa posibilidad.
Su piso parecía estupendo: dos habitaciones (dormitorio y estudio), una sala (con un mísero sofá y una mesa redonda de mármol y pequeña), una cocina (con miniarmarios), un cuarto de baño (con mampara) y un hueco de ascensor de almacén.
Perfecto!
Bueno... o eso creíamos. Hasta que empezó a llover a mares e hizo un frío que cortaba el aliento: el cuarto de baño no secaba nunca, el casero ha venido con un par de facturazas de gasoil que duelen como si te pisase un pié una apisonadora (90 eurazos por 25 días de calefacción, 3 ó 4 horas cada día!!), gotas de condensación en el techo (y no solo en el cuarto de baño), vaho al respirar y además todo comienza a tener moho.
Imperfecto!
Así que... y después de mucho hablar, hemos decidido aunar nuestros pisos en uno, el mío, que tiene 3 habitaciones y está muy bien de precio... el problema es ordenar y dejar hueco a sus cosas... pero no creo que haya demasiado problema... en mi cama, mi peque, no tiene un hueco... tiene la mitad de mis mantas, sábanas, almohada... y otras mitades de las que prefiero no hablar en público.
Nos hemos lanzado a la aventura...
No voy a negar que algo de miedo tengo pero... no me arrepiento de haber tomado esta decisión.
Antes no me consideraba preparada (mi peque tampoco lo estaba) pero hemos hablado mucho del tema y... teniendo en cuenta que estábamos o en su piso o en el mío (y pocas veces por independiente...) creo que hemos tomado la decisión adecuada.