viernes, 9 de enero de 2009

IX

Hemos empezado un nuevo año y ya estoy estresada. Entre la preparación al nuevo cuatrimestre, el profesor que no me hace ni puto caso, la profesora que no da señales de vida y yo que no me entero... no, si... mi madre dice que soy un desastriño y no le falta razón.
Como odio este sistema universitario de los cuatrimestres. Ni en vacaciones puede descansar una... es un asco.
Pero no es de la mierda de la universidad de lo que quiero hablar, eso ya lo haré otro día que esté más cabreada o más centrada en ese tema. De lo que quiero hablar es de la gente que sin conocerte te juzga, de la que ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, de la que no ve más allá de su propia nariz y parece creer que el mundo gira alrededor de su ombligo.
Por desgracia no conozco a una persona así, conozco a varias.
Vale, vale, todas y todos pecamos un tanto de egocéntric@s y egoístas, lógico es, ya que si no miramos nosotras por nosotras mismas... ya me diréis (y lo digo en femenino porque somos un 51% de la población mundial, y porque puedo), pero voy a contarlo desde el principio, para que entendáis mi cabreo:
Hace casi dos años, mi peque y yo comenzamos a tontear y hace más de un año que decidimos ir en serio. Hasta aquí todo bien. Bueno, pues tiene una amiga con la que estaba constantemente y con la que dejó de estar constantemente para estar más conmigo y afianzar nuestra relación, además de que la pareja de ella había regresado de no sé que trabajo en Madrid, después de tres años. Bien? ... Bien...
Al cabo de un tiempo al fin la conocí, me cayó bien, aunque tuvo un par de detalles que no me entusiasmaron, pues así de raro era su sentido del humor... muy bien.
Una tarde mi peque y ella quedaron para tomar algo y aseguró que a mí me caía mal (vaya, no sabía que podía leer la mente), cosa que no era verdad.
Mi peque le aseguraba que eso no era así, y ella aseverando que sí y que era recíproco. Sin comerlo ni beberlo le caía fatal a la mejor amiga de mi peque.
Un día le hice un favor, sin esperar nada, la verdad, lo hice más por mi peque que por ella. Me lo agradeció, empezamos a quedar otra vez, hasta fuimos a cenar (no solas, sino en grupo) y me ayudó a preparar el cumpleaños de mi peque (solas, no en grupo).
Cual no sería mi sorpresa que días después le dice a mi peque, en otro café, que no... que soy una chica muy maja, pero que no, que en el tú a tú bien, pero en un grupo grande no.
Mi explicación: me pongo muy nerviosa cuando hay gente que conozco poco, llamo demasiado la atención y hablo demasiado, además que peco de anfitriona (sobre todo si es mi casa, cosa que había pasado en el cumpleaños de mi peque, ya que se celebró en mi puñetero piso)
Claro, ella olvida que tuvo un par de contestaciones bordes con otra invitada que no se quedó atrás, olvida que estuvo distante con todo el mundo, olvida que es imposible hacerle feliz con la comida porque siempre está a dieta (como si lo necesitase), olvida que a ella también le gusta llamar la atención, etc, etc, etc.
Mi explicación de su actitud conmigo... celos.
Si no lo soltaba por algún lado reventaba... pero que sepáis que dudo mucho que esto termine aquí, ya que tenemos conocidos y conocidas en común y me gustaría ver cómo les explica que yo no voy porque ella no se encuentra cómoda conmigo delante (eso sí, cuando me ve, hasta sonríe... si alguien la entiende que me lo explique)

1 comentario:

guada dijo...

uf, como te entiendo, pero mira, tu la conciencia la tienes tranquila, no te preocupes y ya veras como las cosas por si solo se descubren, los celos y la envidia es muy mala eh
pasa y centrate en amigos que realmetne valgan la pena
un beso