miércoles, 3 de diciembre de 2008

VI


Últimamente estoy aprendiendo mucho del Ego, esa palabra que a tanta gente asusta, a otra agrada y, demasiada, ni siquiera es consciente de que lo tiene desmesurado.

Todo el mundo te negará que tenga un gran Ego, pero hablarán de sí mismas y sí mismos como si nadie más en el mundo importase.

¿Nunca os ha pasado el tener una amiga o amigo que primero, al hablar, pone el Yo delante?

Eso es tener un Ego desmesurado, sin control, que le sale por los poros como un veneno de encandilador atractivo... pero veneno al fin y al cabo. Y no se te ocurra corregirles, su Ego no te consentirá que discutas su posición "natural", delante de todas las cosas.

Yo tenía una "amiga" así, al final, me ha mandado a plantar margaritas en medio del desierto... mira que soy pánfila, y yo pensando que eran sus problemas personales, su vida más allá de la convivencia... pero su mayor problema era la menda.

Ay! Mira que es rara la gente...

No digo con esto que yo no tenga mi propio Ego, claro que lo tengo, mentiría si dijese lo contrario, y me cuesta educarlo, mantenerle en sus límites, a veces hasta se me desparrama, pero soy demasiado crítica conmigo misma, a veces me paso, y si me dicen algo bueno o bonito de mí... no termino de creerlo.

Todo debería ser en su justa medida, pero es tan difícil...

1 comentario:

guada dijo...

a mi me acusaron hace ya, de ser egocéntrica, pero era una inseguridad mal llevada, me ha encantado tu post eh, estoy con insomnio y m acorde de tu blog
un besazo, puedo linkarte a la taberna?