miércoles, 6 de mayo de 2009

XVI


Al fin sol, al fin luz radiante que me despierta cada mañana...



Si no fuese porque duermo mal...



Antes era mujer de verano, de ese calor que tocaba mi piel y cambiaba mi color invernal por un color dorado. Pero ahora me gusta la primavera y el otoño, esa primavera cálida que hace despertar a los animales, a las plantas, a mí. El otoño me gusta porque tiene un algo de modorra, con sus colores vivos, rojos, marrones, verde intenso...



Pero hoy hablaré de la primavera.



Me gusta ver brotar los capullos incipientes y ansiosos, me gusta escuchar el trino alegre de los pájaros, me gusta ver cómo los días se alargan y como las plantas estrenan verdor.



Me gusta sentir los primeros rayos calientes del año, como las nubes blancas se van disipando y como la hierba parece brillar fosforita a mi alrededor.



También me gusta ver como la gente se desprende de ropa de más, como cubren sus cuerpos con livianas camisetas y pantalones cortos, como los cabellos reflejan el sol y cada persona de un color diferente. Me gusta ver los niños y niñas gozando del buen tiempo y como las personas mayores salen a pasear al fin y de como a todos y a todas aparecen a mis ojos con cuerpos y rostros mejor definidos, más claros.



Bueno, seguro que he olvidado de muchas buenas de la primavera, si eso ya me lo comentais :)